Actualidad municipal

La villa de Sepúlveda recibe el viernes la distinción de Manifestación Tradicional de Interés Cultural otorgada a la fiesta de El Diablillo

El acto de entrega tendrá lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento del municipio, apenas un mes antes de la celebración de la festividad el 23 de agosto.

El Pleno de la Diputación aprobó la distinción el pasado mes de febrero, tras la solicitud presentada por el Consistorio de Sepúlveda

El Salón de Plenos del Ayuntamiento de Sepúlveda será escenario, el próximo viernes 27 de julio, de un acto que los vecinos de la villa llevan meses esperando: la entrega de la distinción otorgada a la fiesta de El Diablillo como Manifestación Tradicional de Interés Cultural Provincial, un reconocimiento que promueve el Instituto de la Cultura Tradicional Manuel González Herrero.

            Después de que el Pleno de la Diputación de Segovia aprobase esta declaración el pasado mes de febrero, el Ayuntamiento del municipio y sus vecinos están impacientes por recibir un reconocimiento que ha requerido cerca de un año y medio de trámites para alcanzar el nombramiento, ya que la primera solicitud para que El Diablillo fuese declarada como Manifestación de Interés Cultural Provincial fue entregada, junto a una memoria descriptiva de la tradición, el 18 de agosto de 2016. Sin embargo, los sepulvedanos aún tuvieron que esperar más de un año para que el 12 de diciembre de 2017 el Consejo Asesor del Instituto de la Cultura Tradicional Manuel González Herrero emitiese un informe positivo, tras haber requerido más información y documentación acerca de la fiesta.

            Ahora, apenas un mes antes del 23 de agosto, noche en la que tiene lugar la fiesta de El Diablillo, los sepulvedanos verán por fin colmada su petición en un acto dividido en varias partes, en el que estarán presentes e intervendrán tanto el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, como el alcalde de la villa, Ramón López Blázquez, y en el que quién sabe si El Diablillo no aparecerá de forma extraordinaria para recoger el galardón.

            Lo que sí es seguro es que, por primera vez en este 2018, los sepulvedanos podrán presumir de distinción cuando lleguen las diez de la noche del 23 de agosto. Siempre en esa fecha, capaz de ganarle la batalla incluso a la Guerra Civil, seis diablillos aparecen por la calle de San Bartolomé para sortear una gran hoguera y encararse con la multitud presente, formada en su mayoría por jóvenes del pueblo con ganas de pasarlo bien y cumplir con la tradición.

            El origen de este ritual está en las historias de San Bartolomé, quien según cuenta la tradición oral y escrita, estando predicando en la India fue requerido por el rey Polimio, cuya hija estaba endemoniada y atacaba a mordiscos a todos aquellos que se acercaban a ella. La princesa habría quedado curada cuando San Bartolomé pidió a los criados del rey que la desataran, siendo entonces el diablo quien quedó preso por el santo. Por este motivo, en Sepúlveda se extendió la creencia popular de que cada 23 de agosto San Bartolomé libera al diablo durante un tiempo y éste corretea por el pueblo, dando escobazos a cuantos se encuentran en su camino y desatando la juerga entre los vecinos, hasta que el santo vuelve a atraparlo en la iglesia que lleva su nombre.

            Con el paso del tiempo, aunque la fiesta siempre ha tenido lugar, erigiéndose como uno de los grandes atractivos turísticos de Sepúlveda, ésta ha ido evolucionando, cambiando el número de diablillos o eliminando del ritual las pesadas cadenas que quien ejercía de diablo portaba.

            Gracias a esta declaración, que en la provincia ostentan únicamente la Ofrenda de los Cirios de Santa María la Real de Nieva y La Octava de Fuentepelayo, Sepúlveda se suma a un reconocimiento vinculado al artículo 2 de la convención de la UNESCO para la salvaguardia del Patrimonio cultural e inmaterial.