Actualidad municipal

Pregón de la Fiesta de los Fueros 2015

Pregón de Doña Raquel Casas Nogales, Vicepresidenta de la Asociación Concejo de la Mesta, pronunciado el sábado 18 de julio para inaugurar la Fiesta y Feria de los Fueros 2015 dedicada a la Trashumancia y la Mesta.

¡Sepulvedanas! ¡Sepulvedanos! Vecinos y forasteros que participáis hoy en esta Fiesta de los Fueros, ¡Salud y Gracia! En nombre del Concejo de la Mesta, de sus mayorales y rabadanes, de sus pastores y zagales, que conducimos los ganados ovejunos, cabrunos y vacunos recorriendo toda España para velar por la custodia de las cañadas, los cordeles y las veredas, de las aguas, las hierbas y los montes, ¡FELICES FIESTAS A TODOS!  Agradecemos a vuestro Ilustrísimo Ayuntamiento el gran honor que nos brinda de inaugurar esta histórica Fiesta de los Fueros y de compartir con todos esta jornada de alegría y de amistad, de cánticos y recuerdos, degustando también los buenos vinos, corderos asados y demás viandas de esta tierra, famosa en todo el Reino y más allá de sus fronteras.  

Sabed que en cumplimiento de vuestros Fueros hemos satisfecho ya el montazgo, herbazgo y portazgo correspondiente al paso de nuestros ganados por la Villa y Tierra de Sepúlveda, a razón de cinco carneros por cada rebaño de ovejas "que entraren por sus términos que van a los extremos. Otrosí de las vacas que tomen tres, e de las yeguas medio maravedí, por facer bien y merced al Concejo de Sepúlveda". Sin embargo, no fuimos conformes los pastores trashumantes con que "los querellosos por las sentencias de La Mesta pudieran recurrir a Sepúlveda para obtener una resolución mejor". Tampoco con que "cualesquiera hombre de Sepúlveda pudiera tomar sin ninguna responsabilidad una cabeza de cada cinco, de todos los ganados de fuera que pasasen la noche en su término". Quizá por ello cayó en desuso la hermosa cañada que desde Navafría y Pedraza cruzaba Sepúlveda hacia Pradales y Aranda. En esta ocasión tan señalada queremos reivindicar su deslinde y amojonamiento, con su anchura legal, sus descansaderos y abrevaderos, aprovechando la importante inversión pública que está realizando el Ministerio de Agricultura para trazar por ella un Camino Natural. Ello nos permitiría visitar Sepúlveda cada año con nuestros rebaños, evitando las duras jornadas y rodeos actuales por las umbrías de Somosierra.

Porque sabed que, mucho antes de que existieran Sepúlveda y las restantes ciudades de Castilla, ya los pastores trashumantes atravesábamos España cada primavera y cada otoño con nuestros ganados, en busca de los pastos frescos de las montañas en verano, y de las cálidas dehesas del sur en invierno. Los pastores conmemoramos ahora DIEZ MIL AÑOS, desde que domesticamos las primeras ovejas  y cabras salvajes en las montañas del Oriente. Aquello permitió el gran avance cultural y tecnológico del que aún gozamos las sociedades actuales, pues nos hizo independientes de la caza y la recolección para poder sobrevivir. Y hace ya más de SIETE MIL AÑOS que nuestros antepasados trazaron los primeros caminos de España, entre los vados de los ríos y los puertos de las montañas, modelando con sus ganados los paisajes de los valles y las sierras que ahora admiramos.

En los años oscuros del Primer Milenio, cuando fueron otorgados los Fueros a Sepúlveda, las cabalgadas de sus milicias concejiles aportaron desde tierras de moros rebaños de carneros que permitieron mejorar la calidad de nuestras ovejas, hasta llegar a producir la lana más fina del mundo. Por ello, rey Alfonso Décimo, el Sabio, creó en 1273 el Honrado Concejo de la Mesta para que "los ganados anden salvos y seguros por todas las partes de sus reinos, y no haciendo daño en mieses, ni en viñas, ni en otros lugares acotados, y dando sus derechos do los debieran dar, que ninguno sea osado de embargárselos ni molestarlos, pues cualquiera que lo hiciese pecharía tanto en coto al Rey, y al querelloso el daño doblado". Las ovejas merinas fueron durante muchos siglos monopolio y la principal riqueza de los reinos de España. La demanda de lana fina castellana fue tal que, en 1313 las Cortes prohibieron bajo penas severísimas la exportación de ovejas merinas vivas, y en 1462 la exportación de más de dos tercios de la lana esquilada cada año, para evitar el desabastecimiento de la industria pañera nacional. Las infantas y princesas de Castilla aportaban en su casamiento, como dote más preciada, cincuenta carneros merinos sementales.

La reina Isabel Primera, señora de Sepúlveda, que residió aquí junto con su marido y su hija, la princesa de Asturias, confirmó a esta Villa  y Tierra sus derechos seculares a cobrar el Servicio de Montazgo, privilegio del que solo gozaban en estas cañadas Salas, Ayllón, Segovia y Ávila. Aquel reinado de los Reyes Católicos, liberalizando la actividad de los pastores con sus ganados, fomentó el comercio interior, unificando la lengua que ahora hablamos quinientos millones de personas en todo el mundo, los pesos y medidas, la industria naval y la carretería,  acabando con los privilegios de monasterios, nobles y ciudades. España pasó así definitivamente de una economía medieval a otra moderna, en aquellos años decisivos de la conquista de Granada y del descubrimiento de América, en beneficio de toda la Nación.

Pero ahora el futuro de nuestra ganadería extensiva se encuentra gravemente amenazado debido, a la dejación de nuestros políticos, incapaces de defender  las singularidades de nuestro país, única gran nación mediterránea de la Unión Europea. Durante la última década, España ha perdido unos siete  millones de ovejas, más de un tercio de su cabaña nacional. Estimando que cada quinientas ovejas pueden mantener una familia, esto supone la pérdida durante estos diez años de unos quince mil empleos  directos. Ello está contribuyendo de forma importante a la desertificación de nuestros campos, al abandono de nuestros pueblos y a la proliferación de incendios forestales devastadores, ya que la ganadería extensiva es la única empresa con capacidad de fijar población estable a nivel local, generando numerosos servicios ambientales, además de garantizar alimentos de calidad y empleos inducidos.

En estos comienzos del Segundo Milenio debemos enfrentarnos a grandes retos, como el envejecimiento de nuestra población rural, desempleo juvenil, dependencia de productos importados, pérdida de biodiversidad y un cambio climático amenazante. Recuperar las viejas tradiciones de los pastores trashumantes constituye sin embargo un motivo de esperanza. Por ello fundamos en 1992  la Asociación Concejo de la Mesta, para fomentar la conservación de las cañadas. Durante estos años hemos recorrido unos 75 mil kilómetros de vías pecuarias con más de 260 mil ovejas, cabras, vacas y caballos, pastándolas, abonándolas y divulgando la importancia de la trashumancia española para garantizar el relevo generacional y conservar los recursos naturales, evitando la erosión de los suelos y los incendios forestales. Con 200 rebaños colaboradores hemos atravesado 26 provincias de 11 comunidades autónomas y sus principales capitales, incluyendo Madrid cada otoño desde 1994. Se logró así la promulgación, en marzo de 1995, de la nueva Ley de Vías Pecuarias, que protege más de 125 mil Kilómetros y 420 mil hectáreas de cañadas, cordeles y veredas, a disposición de todos los ganaderos trashumantes que precisen utilizarlas.  

Nuestro apego a las tradiciones imprescindibles para el manejo adecuado de nuestros ganados y para el aprovechamiento de los pastos en las diferentes épocas del año, no excluye que adoptemos de buen grado todas las mejoras y comodidades modernas. Durante el siglo pasado los pastores fuimos pioneros en impulsar el uso del tren para el traslado de nuestros ganados, y actualmente utilizamos vehículos todo terreno, rediles eléctricos y teléfonos inteligentes, que nos facilitan tanto la comunicación como la información actualizada del tiempo, del precio de los piensos y de los corderos, o incluso nuestra ubicación en mapas para seguir en la pantalla el trazado de las vías pecuarias. El pastoreo conjunto de cinco familias ganaderas, agrupando cabañas de tres mil ovejas o de quinientas cabras o vacas para facilitar la trashumancia y alternarse, disponiendo de tiempo libre, será pronto una profesión altamente cualificada y demandada, fundamental para garantizar el relevo generacional y la gestión sostenible, gratificante, productiva y rentable de nuestros valiosos recursos naturales.

Pero no queremos distraeros más con nuestros relatos, más adecuados para una charla de invierno junto a la lumbre de un chozo, que para este mediodía luminoso en el que estáis deseando recorrer las calles de esta hermosa villa. Cantad, bebed y comed pues en compañía de vuestros amigos y familias, para danzar luego esta noche de luna nueva "como nuestros antepasados, que lo hacían de igual modo".  Solo nos queda desearos a todos muy felices fiestas, sin alabanzas excesivas a los cocineros, pues ya sabéis que en nuestros asados de Castilla "todo el mérito le corresponde al cordero", sea este merino trashumante o churro riberiego". Así que, como decimos los pastores ¡¡¡ALEE ALEEE!!!

 

Texto de: Raquel Casas Nogales, vicepresidenta de la Asociación Concejo de la Mesta